El ambiente está formado por suelo, agua, sol y aire. Gracias a estos elementos existe la vida sobre la tierra.
Cuando decimos “naturaleza” estamos hablando del ambiente, con todos los seres vivos: personas, plantas y animales. También forman parte de la naturaleza los elementos no vivos: las piedras, las rocas, las arenas o el agua de los ríos, lagos y mares.
En la naturaleza hay distintos paisajes. Los paisajes cambian según sean las plantas, los animales, el agua o el clima de las localidades.
Hay climas calientes o fríos, húmedos o secos, según la cantidad de lluvia que cae y el calor que se siente.
LOS CAMBIOS EN EL AMBIENTE
El ambiente cambia de manera natural. Por ejemplo, el viento y el agua producen cambios al llevarse la tierra de un lugar a otro; o el rayo, al caer en un bosque y provocar un incendio.
Los terremotos, los huracanes o las sequías prolongadas también producen cambios en el ambiente.
El ambiente también cambia por la acción de las personas.
Entre las acciones humanas que modifican el ambiente están la construcción de lagos artificiales, fábricas o ciudades, que alteran el suelo, el aire, el agua, el clima y el paisaje.
Es necesario cuidar que nuestras acciones no rompan el equilibrio de la naturaleza. Los cambios que se producen en el ambiente afectan a todos los habitantes del planeta tierra.
EL CUIDADO DEL SUELO
Una manera de cuidar el suelo es sembrarlo con plantas y con árboles, porque sus raíces impiden que el agua y el viento se lleven la tierra.
También lo cuidamos cuando separamos la basura en bolsas o botes, para que la recoja el basurero.
Recuerda no tirar en el suelo vidrios, plásticos ni latas.
En algunos casos, puedes lavar muy bien los envases y utilizarlos para guardar semillas, hacer macetas o portalápices.
EL CUIDADO DEL AIRE
Para no enfermarnos, necesitamos aire limpio. Sin embargo, con frecuencia vivimos de manera poco cuidadosa y lo contaminamos.
Cuando arrojamos basura sobre la tierra, propiciamos la presencia de microbios y malos olores en el aire.
Cuando usamos en exceso los automóviles, ensuciamos el aire.
Podemos participar en el cuidado del aire de distintas maneras.
No quemar basura, trasladarnos en bicicleta, son acciones en favor de la limpieza del aire.
Para limpiar el aire y alegrar el paisaje en las ciudades, podemos cultivar enredaderas y plantas de hojas anchas en las azoteas o en las ventanas de las casas.
EL CUIDADO DEL AGUA
El agua es indispensable para la vida de personas, plantas y animales. Sin embargo, el agua contaminada se convierte en un elemento dañino porque transporta sustancias venenosas o microbios que causan enfermedades.
La basura tirada sobre la tierra produce sustancias dañinas que, con la lluvia, llegan hasta los mantos de agua que corren debajo de la tierra.
Todos debemos participar en el cuidado del agua.
Para lavar la ropa, podemos usar jabón en lugar de detergentes.
Al lavarnos las manos, cepillarnos los dientes y bañarnos, debemos usar solo el agua que necesitamos.
Recuerden que los niños y las niñas pueden colaborar junto con los adultos en el cuidado del suelo, del aire y del agua.